Las plantas cultivadas en maceta dependen de nosotros para seguir vivas. No sólo tenemos que preocuparnos de regarlas debidamente, sino que también debemos aportarles los nutrientes necesarios para desarrollarse correctamente. En este artículo te contamos cómo abonar plantas en maceta y te damos unos trucos para hacer abono casero.
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¿Cuándo debemos abonar las plantas en macetas?
La temporada ideal para abonar plantas en macetas es durante las estaciones que haga mejor tiempo, es decir, primavera y verano. En caso de que en otoño haga un buen clima, también podemos hacerlo. Sin embargo, ¡cuidado!, porque hay algunas plantas que no debemos abonar:
- Plantas recién compradas
- Semilleros
- Plantas enfermas o acabadas de podar
- Plantas carnívoras
Tipos de abono para plantas
Dentro de las sustancias que podemos elegir para abonar nuestro huerto urbano, existe una principal división: los abonos orgánicos y los químicos. La principal diferencia entre ambos es que los primeros están fabricados a partir de residuos naturales y los otros a partir de productos sintéticos.
Los principales abonos de ambos tipos que existen son los siguientes:
Abonos orgánicos
Este tipo de abono procede de restos orgánicos o excrementos de animales. Son la mejor opción para cultivos que vayamos a ingerir, ya que no contaminan ni son tóxicos. Su principal beneficio es que mejoran la tierra al formar humus.
- Estiércol: se obtiene a partir de restos orgánicos o heces de animales.
- Compost: procedente de residuos vegetales y otros materiales orgánicos que han tenido un proceso de compostaje. Es el más sencillo de hacer, más adelante explicaremos cómo hacerlo en casa.
- Turba: existen dos tipos, la negra y la rubia. Se usa como base para preparar sustratos para sembrar plantas en macetas y semilleros.
Abonos químicos
Los abonos químicos aportan nutrientes y minerales de una forma directa, así las plantas obtienen el alimento más rápidamente. En cambio, no mejoran el suelo ni forman humus como sí sucede con los abonos orgánicos.
- Abonos minerales: los más comunes son la urea, el cloruro potásico, el sulfato amónico, el nitrato sódico y el nitrato amónico.
- Abonos organominerales: son el resultado de la combinación de materia orgánica con abonos minerales.
- Abonos de liberación lenta: su principal característica es que descargan los nutrientes lentamente a lo largo de varios meses.
Llegados a este punto, te preguntarás: ¿qué tipo de abono es el mejor? Lo cierto es que dependerá del tipo de planta, pero no hay uno peor que el otro si no se usan de la forma correcta. Lo único que debes tener en cuenta es que los abonos químicos pueden dañar la fauna autóctona y, además, deberemos esperar un tiempo para cosechar sus frutos. Así pues, te aconsejamos que uses abonos naturales para plantas comestibles y cualquiera de los dos tipos para las ornamentales.
Pasos para hacer abono orgánico en casa
Para hacer abono orgánico puedes utilizar cualquier tipo de residuo orgánico: piel de plátano, el poso del café, cáscaras de huevo, restos de verduras, restos de plantas del jardín… Los pasos a seguir para fabricar compost casero son los siguientes:
- Coge un recipiente pequeño de 1 metro de profundidad aprox. y hazle unos agujeros. En caso de que necesites fabricar una mayor cantidad de compost, puedes elegir un recipiente de mayor tamaño.
- Introduce 4 o 5 dedos de tierra. Si usas un contenedor grande, pon la parte proporcional.
- Introduce los desechos orgánicos. Puede ser cualquier tipo de resto orgánico a excepción de los que proceden de un producto animal. Si dispones de una biotrituradora podrás aprovechar los restos vegetales de tu jardín.
- Pon un poco más de tierra y remueve bien.
- Airea el abono. Cada dos semanas aproximadamente, remueve bien la tierra y los deshechos llevando los restos de abajo arriba y viceversa.
Después de algunas semanas, observarás que aparecen gusanos, moscas de la fruta y otro tipo de insectos. Eso es una buena señal, indica que el proceso de descomposición se está llevando a cabo con éxito. El proceso tardará un aproximado de dos meses (verano) o cinco meses (invierno).
Cuando la tierra tenga un aspecto grumoso, negro y veas la materia orgánica totalmente descompuesta… Enhorabuena héroe Greencut, ¡ya tienes listo tu compost! Para aplicarlo, ayúdate de un rastrillo para extenderlo bien alrededor de las raíces de las plantas.
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Si quieres saber más sobre el compost, creemos que esta guía de compostaje, que ha preparado el Ministerio de Medioambiente del gobierno de España, te resultará muy interesante y útil.